Múltiples estudios de gran envergadura realizados en diferentes continentes han demostrado una mejor recuperación renal con el uso de la CRRT.1,2,3
Resumiendo los resultados de estos estudios y de muchos otros, Schneider et al. concluyó en un metaanálisis que, en los pacientes que comenzaron el tratamiento de la AKI con modalidad la intermitente de RRT, “el riesgo de continuar dependiendo de la diálisis fue 1.7 veces mayor que en aquellos que inicialmente recibieron la CRRT”.4
Más recientemente, Wald et al. publicó los resultados del estudio de mayor envergadura hasta el momento comparando los resultados después del uso de la CRRT y la iHD.5 Este estudio muestra claramente que comenzar el tratamiento de la AKI con CRRT está asociado con una recuperación significativamente mayor de la función renal y con una menor incidencia de la dependencia de la diálisis crónica.
Dado que los costos de la diálisis crónica que se necesita posteriormente producen un enorme impacto económico, Bellomo y Schneider concluyen lo siguiente en una editorial que acompaña: “El argumento económico para usar IHD convencional [iHD en lugar de CRRT] se cae cuando en el estudio realizado por Wald et al se revela el costo real de la IHD”.6
Además de las evaluaciones puramente económicas, evitar la diálisis crónica después de un episodio de AKI es un importante objetivo médico y ético dada la alta carga que implica para el paciente la diálisis crónica, lo cual favorece aún más la elección de la CRRT como modalidad de tratamiento inicial en una AKI.